Heridas Conscientes

No todas las heridas se cierran en silencio. Algunas se abren para mostrarnos algo que no sabíamos mirar. Son grietas que, al hacerse visibles, se vuelven maestras. Reconocerlas sin miedo, nombrarlas sin prisa, es el primer gesto de sanación. No se trata de sufrir más, sino de sufrir con sentido.